Fernando Pedrazo, nacido en
Ronda Vadillo en 1966, es un ingeniero destacado que ha dirigido la
construcción del Puente de la Pepa, una obra de ingeniería impresionante y
monumental. Este puente, el segundo atirantado más grande del mundo, ha sido un
proyecto ambicioso que ha involucrado a 490 empresas trabajando incansablemente
durante 364 días al año.
El Puente de la Constitución
de 1812, también conocido como Puente de la Pepa, es una maravilla de la
ingeniería moderna. Destacando como el primer puente de su tipo en España y el
segundo más grande del mundo, tiene una altura de 69 metros sobre el nivel del
mar y una longitud de 5 kilómetros. Su vano principal de 540 metros es un
récord en España y el tercero en Europa para puentes atirantados.
Pedrazo se formó en la Escuela de Obras Públicas de la Casa Grande
antes de licenciarse como ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en Madrid.
Hace algunos años, aceptó el desafío de dirigir esta colosal obra valorada en
510 millones de euros, que se había enfrentado a diversos problemas durante su
ejecución.
El proyecto, ejecutado por
Dragados bajo la dirección del ingeniero Javier Manterola, ha sido una
verdadera hazaña de ingeniería. Pedrazo destaca la complejidad técnica del
puente, que incorpora cuatro tipos diferentes de puentes y procesos
constructivos modernos que no tienen precedentes en España ni en otros países.
Son muchos los proyectos y
obras elaborados por Fernando Pedrazo Majarrez a lo largo de su carrera
profesional y, además de su labor como profesor universitario, actualmente es
el jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Extremadura.
A pesar de los elogios y la
admiración por su trabajo, Pedrazo prefiere mantenerse humilde y discreto.
Reconoce que la ingeniería es un trabajo arduo y que aún quedan desafíos por
superar, como los trámites administrativos posteriores a la construcción.
El ingeniero se muestra
agradecido por el apoyo de sus colegas y destaca la calidad del equipo de
profesionales con los que ha trabajado en el proyecto. También enfatiza la
importancia de que Extremadura se una para apoyar iniciativas comunes y no
quedarse rezagada en el desarrollo.
En su tiempo libre, Pedrazo
disfruta de su familia y de la ciudad de Cáceres, aunque reconoce la necesidad
de seguir progresando para mejorar la calidad de vida en la región.
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